La soledad confiada













A mi soledad le gusta pensar
que en algún lugar, otras manos la añoran,
para dibujarla a trazos

o vestirla en lluvias.
 

Mi soledad es pobre,
humilde de verbos,
pero se conforma con pocas certezas:
 

Saber que estás, creer que volverás.
 

A veces es torpe, confiada, rabiosa,
pero se hace a un lado 

y deja un espacio. Lealtad cerrada,
que es tuya y es mía.

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