Nostalgia Mestiza.

Entre los cerros multicolores
como si de brujería se tratase,
anda un eco que me sigue o me persigue. Sé.
Me he detenido absorto
ante la inmensidad inmóvil
Me recuesto, con el porvenir simple
de serenar mi alma en cada nota del viento.
Es así. Por fin es así.
Ya no recuerdo más. Dejé caer mis brazos,
mis dedos timples, mi cabeza idiota,
mi repetir innato y mi pobreza cierta.
Absuelto, por fin de tanta marea,
vuelvo a caminar las calles de baldosas rojas
por las que alguien, a lo lejos, 
silba un tango.  

 

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