La ciencia del amor
Prometo estar. Prometo ser tu luz, pero también tu abismo.
Prometo acertar y equivocarme. Prometo hojas ocres, caricias
gratis, besos fieles, insolentes.
Prometo quererte a ciencia cierta,
desplegar mis artes nobles, para que tu facción se enamore
y ya no puedas proteger tu jardín, ni tus ventanas.
Prometo entristecer los domingos,
pero reír si fuese
necesario.
Prometo un árbol en el patio, una baldosa roja,
un cielo
entre las hojas.
Prometo acompañarte cuando todo, o una parte del todo
no funcione como es debido y frunzas el ceño o llores.
Prometo ser tu luz, pero también tu abismo,
tu amor a
ciencia cierta,
la mano que dibujará, de hoy en más y cada día
tus labios, tu
nariz, tus cejas, tus brazos,
tu abrazo.
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