MARFIL, Soneto 2

AMADO marfil, yo nací con tu verso.
Aprendí a navegar sin horizonte,
en la bóveda estrellada del frío
y crecí en el ámbar de tu rama, gorrión.

Gorrión-Marfil que me salvas del abismo,
pétalo umbrío, cuidas mis párpados,
cuando en sueños naufrago entre rayos
y mi pecho se abre en el silencio.

Eres muchas veces la razón, el gozo
de la vida en su plenitud prevista
en un futuro absorto, presagiado.

Eres el mañana que yo quiero así,
cuando cierro los ojos e imagino
que me recuerdas en el centro del amor. 

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