AMARES



Si me hubieses amado,

te habría prestado todos mis rincones.

Si tan solo al descuido

te hubieses dejado ser, hablar,

yo sería parte continental de tu luz,

y de tu sombra.

Pero los verbos crepitaron mudos,

contra el cancerbero de tus besos

y se sintieron sucios, ajados de olvido,

y se fueron.

Eras, parecías tan real por la mañana,

mirando las flores, sorbiendo la luz;

inefablemente tú.


Por eso, a veces te recuerdo o añoro,

con espinas sin dorso, con rabia,

sin asombro.

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