TANGO EN CUARTA

OTOÑO de rodillas sin luz
que subís por mi criterio  

por mi piel
desplomándote en mi cama
sin pasión
 

Hoy las hojas fluyen
en la liturgia de las aves

y un celestino navega
las ramas del mandarino torcido
espectral
que agoniza junto al huerto.


Bajo a la raíz
para ver el mundo así tendido
y sollozo
vierto improperios: 
 

El dolor es tan enorme
que requiebra la caja roja
de mi tórax.

 

Apenas oigo tu adoquín
tu esquina de tango infeliz

y tu abrir de pétalos secos
resecos por el rayo de hollín.
 

¿Vas a venir?  Yo te espero
silbando mientras tiemblo.
Entre los cañaverales anda el duende.
Tengo frío y tanto, tanto miedo.


Comentarios

Entradas populares