LUZ DE LAS PALABRAS

CAE un puñado de luz sobre la 
sombra que huye de tus manos.
Debajo, la sangre sulfura los
rincones del carbón, del sudor
y de los rastros del amor, que
amortajado se retuerce de placeres.

Ayer lloraban los sauces, los laureles,
las caracolas y los dientes,
claramente despegados de
la maquinaria del invierno,
que agoniza sin pretexto ni defensa .

Hoy es otro día y he llorado,
llovían mis ojos sobre un río
sin orillas, sin remanso.
Llovían mis manos, ungidas
de palabras y palabras...

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