EL NIDO
EN el tiempo de la noche
las piernas giran estridentes
en busca de tu tacto
plegado en la memoria .
En el tiempo del silencio
las manos rezan tus bondades
tu aroma de magnolia
el cáliz y tu vientre.
En el tiempo del asombro
mi alma busca tu frontera
tu margen agridulce
que habita mis poblados.
En el tiempo de los viajes
vuelves a este lado.
Te anidas te recuestas
en el centro de la noche.
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