ANDARES

EN su andar,
las hojas discurren por vértices ciegos,
por huecos sin rostro, por alas sin cielo.

En su andar,
las palabras abruman al ciego,
deslumbran al sabio y embrujan al tiempo.
En su andar, 
el placer desentierra diamantes,
abraza los cuerpos y estalla los versos.

En su andar,
la pasión se declara insalvable, 
plagada de nubes:
Y discurre,
y abruma,
y deslumbra,
y abrillanta la luz que retiene tu ombligo.

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