LA LUZ QUE LLUEVE

Sé, a ciencia cierta, que vienes por las noches y me consuelas en el sueño.
Sé, aunque no pueda comprobarlo, que desde la nobleza de lo eterno, ahuyentas mis temores y mis dientes de tardanza.
Sé que tu perfil está presente, como el amor a los geranios, o al canto de los gallos; a las tormentas del verano, o al horizonte del cerro San Javier, donde converge tu mirada, habitante universal de un continente sin adioses.
A la luz de mi verdad y de mi empeño en concebir la existencia de algún dios, humilde intento comprender, la veracidad tajante de tu ausencia.
 

Comentarios

  1. Esta foto es preciosa, con el color exacto del árbol, la luz, los retorcimientos,como un inmeso cuenco contenedor, como esa madre ausente que nos deja huérfanos.

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