TU VUELO AL FIN 

Sobre esta piedad que resguarda el cristal 
hoy amanece una mariposa dormida. 
Vino desde el sueño donde su geometría 
era amada por algún poeta. 
Dicen que vuela sobre tu cabeza 
que con sus alas toca diminutamente tu candor. 
Dicen se dicen tantas cosas. 
Solo sé que en mi sueño la triangular tibieza 
dibujaba círculos 
pero tu piel y tus manos 
eran ya quizá un recuerdo. 
¡Cuánto dolor en la belleza Dios mío!

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