CANTO SIN NOMBRE
Un poema tiene solo tres
puntos cardinales: “norte y sur”. Así lo afirma Altozar.
Lo sé, afirmo. Me lo dijo mi padre, el poeta de las calles con naranjos.
La brisa cubre de alcanfor
cada azahar con su hoja
sea en otra ciudad
posiblemente Alejandría.
Poeta del paracaídas escucha mi voz de limonero
háblale al viento de la vela
que se esconde detrás
de la cuerda donde descansan las golondrinas al llegar la tarde.
Habla de tu Dios
después del que has de
encontrar tu descanso.
Yo, no sé. Posiblemente sea
tarde ya para eso.
He de descansara pesar de las tormentas
ahí en la quietud de tu
abismo.
El imán está en el abismo
de cualquier caminante.
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