HORIZONTES
y tu regresas simada de estrellas,
rodando blancuras sobre mis facciones.
Te esperé a tantas horas
en tantos lugares y países diferentes...
EL dolor tiene un dueño,
un apellido y un rostro
que se pliega y despliega, cada noche.
El dolor es una soledad
que observa el océano desde la orilla;
un adiós que se agolpa
en las venas del abrazo.
De todos los abrazos.
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