AYER, LAS NUBES

El ceremonial paso de las nubes
ha imbuido la tarde de lienzos opacos
colgados del cielo
mecidos por el viento sudestal
que esta mañana era 
sólo un atisbo de la sombras
y ahora se muestra violento
paseante de hojas y ramas
volante de cuerpos que brillan.
Ayer mismo las majadas pastaban
rumiaban el polvo del paisaje sural.
Ayer mismo tu espada me dejaba sin lienzos
mudo
aparecido de remansos
que resbala con las hojas
y tropieza con estrellas.
Ayer mismo nos amábamos
de una manera comprensible
a las hojas a las luciérnagas.
Ayer mismo eras otra
diferente
y tu frente se vestía de girasoles verbados.
Ayer mismo era yo otro
diferente
y de mi frente las nubes
huían de forma dispersa
afable y cenital.
Ayer mismo era un día mejor
porque estabas
y hoy, hoy no estás.

Daniel Gonzalez Soria.
Abril de 2013


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