EXISTIR EN LA TRISTEZA
TIENDEN las mujeres, los hombres,
sus extremidades hacia el centro,
que emite, miríadas de llanto.
UNOS temen al miedo
y se esconden en la penumbra del día.
El cardo está en sus pensamientos,
en la devoción al dolor.
Por no soñar prescinden de dormir,
toda la noche con los párpados cerrados,
girando en bitácoras que esplenden
en el centro de la nada.
A veces, uno se levanta y grita:
¡Ya está bien, tanto sufrir,
presos del rencor,la soledad y la tristeza
Ya está bien¡
Después, busca la boca sin fondo,
y se pierde, desaparece, para siempre.
¿Será, acaso este el final de su dolor?
Eso nadie lo sabe, por ventura o por desgracia
Daniel Gonzalez Soria
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