EL ANDÉN




ME MORÍ un domingo de cielo gris atomizado. Todo se acalló. Cesaron las voces, los fantasmas, y el olor a piel quemada, que se escapa de las fosas sin vocales.
Me morí de amor, de puro equivocarme sin remedio, trastabillando en el andamio de la vida.
¿Qué va uno a hacer con estas cosas, salvo meterlas en un cajón de nombre sin vocales? 

Triste vagón, que pasás otra vez por mi ventana. 
Triste vagón, concebido en mi destino. Siempre me esperás, me nombrás, y entonás los Lieds de las sirenas indomables. Mi pobre, quebrado y triste vagón de Geringoso. Querés hablar, y decirme que mi muerte es el domingo, que ordene mis papeles, mi sonrisa. Pero tengo tan poco que ordenar. Tan mísera esencia que dejar...

Yo no elegí esta vida de vagones sin andén. No elegí PERDERTE, ni morirme en un domingo.

Yo, sólo presté mis manos a un cometa que me hablaba, pronunciando cada una de estas frases que me matan. 
Así ha sido y será. Será... 


Comentarios

  1. Hola Daniel..
    Que paso que no te veo...ya sabes donde. Desapareciste.
    Dos besos. Dos
    Lucia

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