EL ENEMIGO

            Hay veces que un hombre tiene que luchar tanto por la vida
            que no tiene tiempo de vivirla.
                                                                              Charles Bukowski


ASÍ, la soledad
se estremece,
ante la daga vítrea
de la propia crueldad.

 Aúllan los bronquios
que lamen el suelo,
infestado de torpezas,
de mentiras,
y perdones sin lugar.

Estoy tan triste
¿Lo recuerdas?

Me sabías muriendo 
desde el día en que nací.
Me sabias erróneo,
como vaso de dolor.

No obstante, 
aunque te haya perdonado,
no dejo de morir,
latiéndome la sangre
por entero,
deambulando mi gemir 
por los armarios del rencor.

NO poseo más arte
que el odio.
Desconozco otro alfabeto.

Entonces, pienso:
¿quién debió morir injustamente?

Dímelo tú, aunque duela,
porque a mi lengua
ya no acuden las palabras,
ni las piedras
calentadas por la luz.
Sólo hay hojas
maceradas por la sombra,
y pájaros negros
que huyen hacia el sur.




 


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