CRISANTEMO

Si algún día no estoy,
recuérdame de lirios,
crisantemo.
Y recuerda el lado bueno,

por las dudas. 

El amor ardiente, inseguro.
La sola risa sin sombra,
la timidez contenida, del margen,
y alguna verdad desechada,
quebrada en tu orilla.

Creo, a pesar de todo,
haber sido un buen hombre,
plagado de cicatrices y heridas,
de maldiciones e insultos.
Porque quien habla
a veces miente,
y quien ama a veces yerra.

Por eso indaga, 
profana mi mente,
la imagen raída 
que guardas de mis gestos, 
de mi mano izquierda,
y conóceme al pensarme.
 

Ahí, 
y sólo ahí,
encontrarás al hombre
que amaste.

Con permiso del maestro, ya partido.

Comentarios

  1. Preciosos esos crisantemos, la flor con la que obsequiamos a quienes se van. Hermoso el poema y hermosa la canción de Spinetta. Dicen que el tiempo se encarga de preservar los buenos recuerdos y desechar los malos. Seguramente sea así. Además, nuestro pensamiento sigue produciendo recuerdos aún después de que desaparezca el objeto de quienes los provoca.

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  2. Gracias. La desaparición de un ser amado no se resuelve jamás. Pero si, el tiempo oculta el dolor. Nada más.

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