DE LEALTAD Y DE MENTIRAS


AMOR mío, decías:
En invierno, cuando estés a mi lado,
no tendrás más frío.
No pasarán tus huesos por los trenes,
ni negarán las flores un abrazo.
No estarás, más, solo.
Y mi espalda, 
será el rescoldo de tus dedos,
el dormitorio de tus sueños.
No habrá carencias ni tardanzas,
no habrá estupor ni vanidades.
Estaré siempre en tu costado
para abrazarte si es que lloras.
Tú podrás ser, y yo podré ser,
eso que tanto quisimos
en secreto, o en silencio,
y sin que crujan las verdades.


Pero a saber, todo esto son palabras,
como lealtad u honor, como extrañeza.
Porque a pesar del viento y el invierno,
tendré frío, y tú, mentiras,
sin abrazos ni colores,
ni cinceles para amarse.
Porque después de todo, sí mentimos,
con lealtad y sin vergüenza,
con desamor y con rencores.
Por eso, tendré frío en este invierno,
y tú, ausencia en tu costado.
Así, paralelamente existen
tus verdades y las mías, mis mentiras
y las tuyas. Tan honorables
las unas o las otras, a pesar del frío
y el invierno.






















































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