LA LUZ DEL NARANJO
ESPLENDE tu risa
debajo del naranjo.
Toma mis prendas,
me lleva lejos,
me desvela
y me contempla.
Vienes a mí
vestida de azahares
y te ríes de mis ojos,
y de su hogar concurrido.
ME detengo,
tiemblo en tus manos,
mientras miro la gente,
y el amor que verbalizas.
Estoy de pie, arrasado
por los cuchillos del vértigo.
TE ríes,
me abrazas con tu lienzo,
y me miras sin dudarlo,
mientras el sol troquela
la fronda de los árboles.
¡Qué bello poema! Huele a primavera, desprende luz, ilusión, esperanza en algo que parece comenzar. Me gusta
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Me anima a seguir en este arduo camino de la poesía.
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