PERPETUO
AMADA piel de mi sombra
que esplende en la vera
de un margen convexo,
genital, que anida en mis horas
más largas y cruentas.
Tu pátina labra, los días
y el viento, la sal, las auroras.
Tu bronco rugir, me desata
del cepo perpetuo, sin alba,
que alude mis nombres diversos.
Amada piel de mi estrella,
que enciendes los ríos
y quitas penumbra, al bien
de la sangre, que cruza fronteras
y rompe las cuerdas,
los hilos y el tiempo.
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