EL FRIO

A tempranas horas
un trozo del invierno 
se desprende
de la estación de los azahares
dejando astillas de sombra y frío
sobre la hierba
que crece en las acequias.
Mis manos despiertan de la noche
quitándose el reflejo
de las sombras.
Abarcan mis venas
y mi cuello que agoniza.
Hoy
mientras la primavera
traza su destino
tengo el alma repleta de escarcha
de vacíos y silencios.
Estoy solo
sin más defensa que mi altar
y mis palabras.
Amanece otra vez
en mi tardanza.

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