TUS DONES
MIS dedos guardan
celosamente en su memoria
el planisferio de tu cuerpo.
Paralelos meridianos
que componen
la constelación de tus dones.
Al menos
los que mis sentidos interpretan
y bendicen con mis manos
o mi lengua de rocío.
Todos los demás
se arraigan en mi sangre
en mis huesos duplicados
y en el cráter de mi sueño.
Ese que me abraza por la noche
cuando en la penumbra
yo te nombro y
cierro los ojos
y te veo tal cual eres.
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