EL TIEMPO
A la entrada del tiempo
hay una escalera sin margen,
un zaguán de suelo rojo
con floreros desechables
y cristales de colores.
En el quicio del cosmos
hay un cuerpo retorcido,
unas manos sin lectura
y un escalón que lleva al día.
El que anda se detiene,
por ver si logra despojarlo
de las visiones sin recuadro
y de sus ojos entornados.
El que anda se detiene,
el que llora se consuela,
el que añora se entristece
y el que ama, el que ama
se transforma.
A Paloma H.B en el día de su cumpleaños.
hay una escalera sin margen,
un zaguán de suelo rojo
con floreros desechables
y cristales de colores.
En el quicio del cosmos
hay un cuerpo retorcido,
unas manos sin lectura
y un escalón que lleva al día.
El que anda se detiene,
por ver si logra despojarlo
de las visiones sin recuadro
y de sus ojos entornados.
El que anda se detiene,
el que llora se consuela,
el que añora se entristece
y el que ama, el que ama
se transforma.
A Paloma H.B en el día de su cumpleaños.
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