TANGO

PERDIDO bajo mis labios 
el aroma de las hojas,
llora la lluvia distante
una despedida invisible.

Se despiden las voces,
los abrazos;
se despiden los besos
y el cansancio.
Se despiden los hermanos,
los amigos y también
se despiden las sombras
y el asombro.

De solo estar,
me sumerjo en tu frente,
para saber 
si de verdad te despiertas
o sólo sueñas mi sueño.

Yo simplemente te añoro,
como se añora lo amado
en los instantes fugaces,
sin reparar en palabras 
ni en sentimientos.

Me detengo 
en la puerta de las ramas
y subo a ver si estás triste.
No vaya a ser que esta lluvia
nos deje lejos y a solas.

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