IV. Fragmento de "Memorias"
¡Pero si debías decir cosas diferentes!
Tu boca, apenas mía, debería saberse mi
espalda de memoria.Hay veces que no entiendo,o mis ojos pueden tan poco,que
no cabría duda de la existencia de los ángeles.
Veo de repente la marea en tu ceja izquierda.Lloras sin
consuelo, alas de pez, gorrión dormido,que dejaste dentro de mi palma.
¡Qué
dolor tan grande haberte perdido!
Es tan inmenso el abismo que nos abisma, que
a veces bajo a ver los olores de aquellos amaneceres en el campo.
Uuufffff. Ahorita veo esa ventana llena
de rendijas plateadas. Es el amanecer y un rayo del sol entra, evidenciando
miles de fragmentos en el aire. Siento mis piernas dentro de la urna caliente
del sueño. Abro los ojos: entonces he nacido. Soy otro.
Ffffffffffff, he vuelto a ser niño,y en ese transcurrir
otro del tiempo, discurren diversos sonidos y olores que conozco. La voz de
Milana que habla del estado del tiempo, de las desgracias ajenas impresas en el
periódico del día. Ahí está otra vez ese ladrido persistente que se ha
prolongado desde la lengua de la noche. Aunque antes era diferente. Me abrazo,
me impregno de lo que me rodea, de las sombras del techo, de las manchas en las
paredes, del tiempo que creció y ya no transcurre mas que en esta, mi débil
memoria de anciano delirante. Otra vez las voces. Una habla de que lloverá en
esta Noche buena, que siempre tenemos estas fiestas pasadas por agua.
-Toca,
toca. Repica, repica esa gota de labio tuyo-
-Hijo, hijo, qué lejos vas a estar.
Soy otro, otro, otro-
Digo shhhhhhhh, digo siempre, o tal
vez, a veces. Pero digo: a callar ese lamento que me navega. No hundas esa hoja
en mi costado, madre, hermano, salto, árbol, luz. No dejemos correr el velo que
muerde nuestras bocas, devoremos con ansia el silencio. No dejemos que las
letras, ni las lágrimas, se inunden de océano. Desatormentemos el verbo. Vamos
a tensar la cuerda, para que mañana, cuando hayamos abierto las puertas, vibre
sin pausa, para siempre.
A mis tías: Kena,Coca y Chela,que están están lejos y me dieron tanto afecto.
Qué texto más hermoso Daniel! me has emocionado muchísimo, y tiene razón mi amiga Maru, eres un privilegiado por tener este don, el don de expresarte por múltiples fronteras.
ResponderEliminarEl arte siempre salva, es un gran y poderoso exorcismo, no sólo para quien lo ejecuta sino para los otros, esos otros que te leen y escuchan, esos otros que seguramente se sentirán más de una vez identificados.
Gracias por compartir tus poemas, tus textos, tus sentimientos y tu gran música.
Un abrazo de los hondos