LAS HOJAS
Mientras
él las miraba,
por la boca de las hojas salían nombres,
frases y gotas;
las gotas de la lluvia
que esperaba hace tantos días.
Con voz bronca,
las hojas hablaban del humo azul
que sale de las fosas sin nombre.
Él,
pensando en volver,
en cerrar los puños y saltar,
no quería esperar más.
Su vida, había sido toda espera,
todo ver más allá, sin
parar.
Se había perdido tantas cosas,
tantas hojas sin leer,
tanto ojo
por ver y palabra por morder.
Se detuvo, mirando las baldosas de la
galería.
Entonces lo supo: era tarde para volver.
De lo que fué,
allí no quedaba nada,
salvo el trozo de tierra que lo espera,
sin
tiempo, bajo los rayos
que atraviesan el follaje del limonero.
Entonces
no pensó más
y pudo descansar, despues del salto.
por la boca de las hojas salían nombres,
frases y gotas;
las gotas de la lluvia
que esperaba hace tantos días.
Con voz bronca,
las hojas hablaban del humo azul
que sale de las fosas sin nombre.
Él, pensando en volver,
en cerrar los puños y saltar,
no quería esperar más.
Su vida, había sido toda espera,
todo ver más allá, sin parar.
Se había perdido tantas cosas,
tantas hojas sin leer,
tanto ojo por ver y palabra por morder.
Se detuvo, mirando las baldosas de la galería.
Entonces lo supo: era tarde para volver.
De lo que fué, allí no quedaba nada,
salvo el trozo de tierra que lo espera,
sin tiempo, bajo los rayos
que atraviesan el follaje del limonero.
Entonces no pensó más
y pudo descansar, despues del salto.
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